A priori puede parecer una ventaja, pero también significa endeudarse y pagar intereses por ello
31 de marzo de 2021
Facilitar la financiación de grandes gastos a aquellos sin tarjetas de crédito ni otros productos crediticios contratados. Esta es la nueva ocurrencia que algunos bancos están implantando y que ya ofrecen a sus clientes. A priori puede parecer una buena idea, pero como la banca no da duros a pesetas, conviene leer la letra pequeña y saber que si se acepta, el consumidor también se está endeudando, llegando a asumir incluso elevados intereses.
Se trata de una fórmula que permite pagar en varios meses compras hechas con la tarjeta de débito, recibos domiciliados o, incluso, impuestos, es decir, cualquier gasto que aparezca en el extracto de la cuenta corriente y que cumpla los requisitos del banco se podrá pagar a plazos. Al cliente que opte por fraccionar alguno de estos gastos el banco le reembolsará el dinero pagado y le cobrará cada mes la cuota correspondiente según el plazo que se haya elegido.