El sistema Bretton Woods: origen, funcionamiento y colapso

Durante la Segunda Guerra Mundial quedó claro que, tras la finalización de la misma, se necesitaría un nuevo sistema internacional para reemplazar el patrón oro. En 1944 tuvo lugar en Estados Unidos la Conferencia de Bretton Woods en la que se diseñó este nuevo método.

El surgimiento de un nuevo sistema

Debido al dominio político y económico de Estados Unidos, se requería que el dólar estuviera en el centro del sistema. Después del caos del período de entreguerras, hubo un deseo de estabilidad, con tipos de cambio fijos vistos como esenciales para el comercio, pero también de más flexibilidad de la que había proporcionado el patrón oro tradicional.

El sistema de Bretton Woods se elaboró fijando el dólar con respecto al oro a la paridad existente de 35 dólares la onza, mientras que todas las demás monedas tenían tipos de cambio fijos, pero ajustables, con respecto al dólar.

A diferencia del patrón oro clásico, se permitieron los controles de capital para permitir a los gobiernos estimular sus economías sin sufrir las sanciones del mercado financiero.

Durante la era del sistema de Bretton Woods, la economía mundial creció rápidamente. Las políticas económicas keynesianas permitieron a los gobiernos amortiguar las fluctuaciones económicas y, en general, las recesiones fueron menores.

Sin embargo, en la década de 1960 las tensiones comenzaron a aparecer. La inflación mundial persistente, aunque de bajo nivel, hizo que el precio del oro fuera demasiado bajo en términos reales. Un déficit comercial crónico de EE. UU. agotó sus reservas de oro, pero hubo una resistencia considerable a la idea de devaluar el dólar frente al oro; en cualquier caso, esto habría requerido un acuerdo entre los países con superávit para elevar sus tipos de cambio frente al dólar y lograr el ajuste necesario.

El sistema de Bretton Woods: origen y colapso

Mientras tanto, el ritmo de crecimiento económico significó que el nivel de reservas internacionales en general se volvió inadecuado; este problema se intentó resolver de manera fallida con la invención del “derecho especial de giro” (DEG), un nuevo activo de reserva al que se le asignó el valor de 0,888571 gramos de oro fino, el mismo valor que tenía el dólar en julio de 1944.

Si bien aún persistían los controles de capital a finales de la década de 1960, eran considerablemente más débiles que a principios de la de 1950, lo que aumentaba las perspectivas de fuga de capitales o de especulación contra monedas que se percibían como débiles.

En 1961 se formó el London Gold Pool. Ocho naciones juntaron sus reservas de oro para defender la paridad de 35 dólares la onza y evitar que el precio del oro subiera. Esto funcionó durante un tiempo, pero comenzaron a surgir tensiones.

En marzo de 1968, se introdujo un mercado de oro de dos niveles, con un mercado privado que flotaba libremente y transacciones oficiales a paridad fija. El sistema de dos niveles era inherentemente frágil y el problema del déficit estadounidense se mantuvo y se intensificó. Con la intensificación de la especulación contra el dólar, otros bancos centrales se mostraron cada vez más reacios a aceptar dólares como liquidación; la situación se volvió insostenible.

Finalmente, en agosto de 1971, el presidente Nixon anunció que Estados Unidos pondría fin a la convertibilidad bajo demanda del dólar en oro para los bancos centrales de otras naciones. El sistema de Bretton Woods colapsó y el oro comenzó a comercializarse libremente en los mercados mundiales.